El apartamento era sencillo, pequeñito. Apenas uno entraba y todo estaba allí mismo, hasta la cocina. Tony se fue a la nevera a guardar lo que le había traído y yo lo seguí pero quedándome detras del mesón. En el fregadero el agua corría sobre un paquete de carne molida. Tony empezó a devolverse hacia mí y paro.
-¡¡Suzys!!
-¡Sí! a mi hermana le encantan ¿quieres una?
-¡Noo!, ahorita no, solo que es raro verlas aquí… lo que si quiero es un vaso de agua porque me estoy muriendo de sed.
Se devolvió, abrió un gabinete y saco el vaso. Siempre recordaré ver como al abrir la nevera, la mano que sostenía el vaso le temblaba incontrolablemente hasta que la jarra de agua puso peso sobre el. El estaba tan nervioso como yo aunque no lo había notado hasta ese momento. Pasó el vaso sobre el mesón y me miró mientras bebía.
-No puedo andar si agua
Dio la vuelta y se paro frente a mí, y me miro llevarme el vaso a la boca, también con la mano temblorosa.
-¿Estas nerviosa? Su vista siguiendo mi mano que ahora posaba el vaso en el mesón para no delatarse más.
-mmm, sii
Me tomo las manos en las suyas. Pareciamos dos niños perdidos en el bosque oscuro, me miró como con preocupación y lástima y entonces me abrazó, muy fuerte. Y claro nos volvimos a mirar y a besar. (Otro que no sabe besar, pensé)
Ven siéntate…cuéntame ¿y tus niños?
Me pareció gracioso la conversación que tratábamos de mantener, hablando de cosas que quizás habíamos ya hablado en el camino, el día anterior, en fin, no teníamos o no queríamos tener nada de que hablar. Volvió a besarme y esta vez deje de pensar en su técnica; cuando nos separamos nuestras caras se quedaron muy cerca. Pude ver un pequeño espacio abierto en su camisa azul. Allí debajo de su hombro derecho, podía ver su piel, y mi mano dejo la de él para sentirla, parecía la piel de un bebé, tan sumamente suave. Pude oler el rico perfume que llevaba y quise embriagarme de el, besé su mejilla e hice un camino así de besos de allí hasta su cuello y el lóbulo de su oreja. El se quedó inmóvil. Ahora podía también oir su respiración larga y profunda.
Si hay alguien quien piense que no existen momentos en cámara lenta como los de las películas, están equivocados. Yo lo sé, porque por siempre no creí en ellos. Una vez hasta me disgusté enormemente viendo la película Top Gun, la pasé enojada con todos y con nadie porque momentos así como los que mostraban allí solo eran fantasía. Eran…hasta ese día en ese apartamento.
Como si se despertara, y con la misma velocidad a la que iba yo (0.00001 Km./hr jajaja) me empujo contra el futon rojo y empujo la tela de mi blusa hasta llegar a mi seno y empezó a besarme en lo que no estaba dentro del sostén. No parecía que pudiera llenar mis ojos con todos los detalles de aquella persona, jugaba con su pelo, veía su piel, no se que era lo que buscaba, pero quería metérmelo, grabármelo todo en mi cerebro. Ya no había duda en mi mente a donde nos dirigíamos y no me importaba por qué lo hacía él o si debía yo.
No comments:
Post a Comment